domingo, 27 de diciembre de 2009

Incrustado en la oscuridad




Incrustado en la oscuridad anónima de la noche sin luna, miro al este y diviso entre la tierra y el cielo la franja multicolor que anuncia un nuevo amanecer. Y con el despertar del día la incertidumbre de lo bueno y lo malo que nos depare el destino. La radiante luz del sol adivinará los enigmas de la noche y todo volverá a su sitio, que no al lugar que le corresponde. La miseria se volverá a instalar en el barrio de la injusticia; el poder en manos del abusador; la cordura en el desván del olvido. Dentro de unos minutos los noctámbulos soñadores se perderán en el sin sentido para dar paso a los diurnos escépticos empeñados en sí mismos.

A lo mejor esta reflexión ha cruzado en exceso las postrimerías de la media noche y por eso se le descolore la lógica para pintarse de absurdo. Será mejor dejar de pensar hasta que la oscuridad nos devuelva la paradójica clarividencia del loco que, aunque absurda, a muchos calma la inquietud de espíritu.
Amaneció y, como la mayoría de los noctámbulos, me dispongo a acostarme, si no en cuerpo, sí en pensamiento, consecuencia de esta vida vampiresca que como la nube roja-pasión al amanecer, se vuelve amarillenta-hirsuta conforme pasa el día, para acabar blanca-insulsa antes de revitalizarse a la llegada del crepúsculo

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Cuatrocaminos

Desde siempre me ha gustado, y hasta siempre me gustará, recorrer el casco antiguo de Hornachuelos a esas horas intempestivas en las que sus calles desiertas resuman viejas historias del pasado que te ayudan a reblandecer las durezas del presente. La quietud pacifica el ánimo aún mismo tiempo que despierta la inspiración de los sentidos para saciar pequeños anhelos que permanecen agazapados en algún limbo aguardando su momento. Por eso, cuando llego al colegio “Victoria Díez” me gusta fijar la mirada en Cuatrocaminos, encrucijada de caminos de Cortijuelos y punto de partida y llegada de los deseos cumplidos o por cumplir de muchos Melojos.
Como todo buen cruce de vías, Cuatrocaminos también ha albergado establecimientos de muy diversas índoles que contaron con la aprobación de algunos y repulsa de otros, pero nunca perdió, y nunca la perderá, la esencia a bienvenida con la que perfuma a los cansados emigrantes que regresan al lugar con el que tantos años soñaron regresar.
El cruce de Cuatrocaminos, al anochecer, expuesto a las larguiruchas y flacuchas farolas parece cansado, debilitado y abandonado, pero a las primeras luces del alba resurge en gentío de transeúntes que van y vienen convirtiéndose en el verdadero corazón que bombea oxígeno a Hornachuelos revitalizándolo cada mañana.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Cambio climático


Pudiera ser que lo que más nos preocupa de la lucha del cambio climático sea la incómoda pérdida de calidad de vida, aunque realmente lo que tenemos miedo a perder es el estado de confort al que nos hemos acostumbrado. Por eso, siempre desde un punto de vista de no ambición económica, que permita la supremacía de unos contra otros, deberíamos hablar de transformar los sistemas de vida para mantener en medida el estado de bienestar, aunque eso sí, apoyado en nuevos valores de convivencia que no contrarresten a etnias con modelos de vida más simples y naturales.
Al fin y al cabo el ser humano es en sí un universo y desde la propia persona debe resurgir estos nuevos cánones de vida que mantengan una perfecta simbiosis entre cada individuo y su entorno. Y ese cambio empieza desterrando de nuestros comportamientos modelos autoimpuestos por sociedades de consumo que hacen del desequilibrio su mayor valuarte.

Hoy puede ser un buen día para empezar mi propia transformación emocional que me permita buscar la sostenibilidad suficiente en mis acciones como para seguir enganchándome a la red, utilizando el automóvil, etc., sin condenarme a un futuro desolador escardado de garantías para la supervivencia.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nunca es tarde para empezar


- Claro que sí Carmeli, también tú puedes-, le dije a una nueva intrépida que inicia su incursión por el mundo de los sin miedo a la correcta ortografía.
Proponerte conseguir tal objetivo es sólo cuestión de vestirse con la ropa de faena para empezar la construcción que poco a poco deberá ir surgiendo para después disfrutar de lo que resulte, que seguro que portará la belleza de todo lo que se construye con mucho esfuerzo. Ahora llega el momento de limpiar la tierra de excusas y otras malas hierbas para preparar el terreno donde se cimentará con voluntad, ahínco y perseverancia la base sobre la que se sustentará el comienzo del proyecto.

Título del poema: El final será el principio de todo.
Autora: Carmeli Adame.
Nota: Felicidades por iniciar este nuevo reto sin refugiarte en la excusa de no haber podido ir a la escuela en tus primeros años.



Pueblo, ¡ay Pueblo mío!,
te llevo en mis entrañas.

Tu hueles a pan y miel,
a leña recién cortada,
a tu Sierra que me hechiza,
al perfume de tus jaras,
al quejido de tus ciervos,
a tu río, a tus aguas.

Pueblo, ¡ay Pueblo mío!,
en ti quiero ser sembrada.

Enredarme en tu perfume,
enredarme entre tus plantas.
Vivir mi segunda vida
en medio de tus montañas.

Pueblo, ¡ay pueblo mío!,
en ti quiero ser sembrada.