jueves, 11 de febrero de 2010

Medios de comunicación


Nuestra democracia, como todas las democracias, necesitó cimentar una estructura sólida y firme sobre la que apoyarse para coger cuerpo y consistencia. Uno de sus principales pilares de fuerza fue la libertad de prensa, tema del que me quiero ocupar esta noche.
Si bien es verdad que los distintos medios de comunicación siempre han informado con cierta tendencia hacia las siglas que el autor de la información ha defendido, y eso es inevitable, si es ley que: “en ningún momento se vulnere los códigos deontológicos profesionales cuyas normas y deberes ético-profesionales postulan la independencia con respecto a los poderes políticos y económicos. También es deber de los Medios actuar con la mayor diligencia posible en el acceso a las fuentes y contraste de las diferentes opiniones confrontadas”. Y me temo que últimamente la mayoría de los medios escritos, televisivos o radiofónicos se han convertido en poderosos defensores de siglas políticas, muy posiblemente, debido a su dependencia para la subsistencia. Y ese es el motivo por el que los ciudadanos reciben informaciones manipuladas y adulteradas que no hacen sino generar desconcierto nacido de la desinformación por dudosa veracidad de la información.
Realmente es frustrante saber antes de abrir el periódico que el artículo que hoy leeremos estará manipulado intencionadamente con el único objetivo de defender, con él, el puesto de trabajo de un poco profesional periodista que debe vasallaje al poderoso de turno que le permitió ganarse el sueldo tan tristemente.
Amigo “anónimo” te deseo la mejor de las suertes para que conserves tu pluma, porque me temo que algún día serás tu la indefensa víctima de cualquier otro “lameplumas” que se vea obligado a escribir con la tinta de sus dueños.
Con respecto al resto de ciudadanos, sólo puedo sugerir que seamos juez y parte en todo esta manipulación de la información para así, y de manera muy responsable, juzgarla para interpretarla lo más limpia posible de manipulaciones que nos lleven a la propia opinión teledirigida.

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, Rafa. Pero me gustaría meter una cuña reflexiva a tu comentario acertado. Este mundo virtual que estamos creando (messenger, blogs, facebook,...nunca debiera suplantar al mundo real, al mundo de la conversación cara a cara, a la ocasión de la tertulia, o de la charla por sí misma. Quiero decir que, últimamente, con el tremendo avance de esta realidad virtual comunicativa, estamos experimentando, al menos eso pienso yo, una deliciosa soledad egocéntrica. Me explico: toda esta comunicación que estamos estableciendo, por ejemplo en este foro del que me encanta ser partícipe, debe tener como último objetivo que podamos vernos, al menos muy de cuando en cuando. Porque, de lo contrario, caeremos en el más profundo de los vacíos, en la más absoluta soledad con un gran acompañamiento virtual de campanillas. Los niños ya no juegan con niños, juegan con la tele, o con el ordenador, o con la nintendo, o con qué sé yo...En el messenger nos enviamos miles de chorraditas, pero la mayoría de las veces ni nos preguntamos cómo estamos. En fin, yo era muy reáceo a los ordenadores, y ahora, en cambio, los utilizo hasta en el trabajo. A mí siempre me ha gustado la carta escrita, y ahora está renegada por la lentitud de su llegada y lo laborioso de su envío -en comparación con estas tecnologías informáticas, claro-. Por tanto: Telecomunicaciones sí, por favor, pero con algo más de humanismo en todas sus facetas.

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  2. Propaganda. Mucha propaganda. Siempre que leemos o escuchamos una noticia, provenga de donde provenga o de quien provenga, hay que tamizarla de la progaganda. Hay que estar muy preparado para saber diferenciarla, y el esfuerzo diario es muy costoso, porque muchas veces no nos lleva a nada de provecho: sólo a ser algo más juicioso, pero eso hoy en día es muy poco. Y aún así nos las meten a diario. Nos venden camellos bizcos, si es necesario. Y nos lo creemos a pies juntillas, que es lo gracioso.

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  3. Es totalmente cierto que el uso descontrolado de las nuevas tecnologías nos puede encerrar en un mundo autosuficiente que nos haga perder la valía del contacto verdadero.
    Tendremos que incluir en nuestra dieta algunas raciones de abrazos para refregarnos por la amistad e impregnarnos de todo el bien que de ella se desprenda.

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