jueves, 26 de marzo de 2009

La sensatez por encima de la justicia


Si hubiera de buscar esta noche un foro adecuado en el que tratar un tema hiriente y delicado, como el de la juventud, ése se localizaría en el plató de “Ratones coloraos”. Si pudiera elegir el tono de diálogo, elegiría el que respetara la libertad de expresión del hablante y de lo hablado. Para ponente alguien que imparta justa justicia desde la sensatez y la experiencia, y que utilice el don de la oratoria aplicándola en su justa medida.

Esta noche el juez de menores de Granada, Sr. Emilio Calatayud, ha desafiado a las provocadoras miradas del Loco de la colina y a sus dobles intencionadas preguntas. Para ello, ha utilizado un discurso de los que necesitan posicionarse en la contundencia de la firmeza y convicción para no ser utilizado como arma arrojadiza por sectores que hacen de la defensa de los derechos una causa cerrada a la lógica. Lógica que siempre ha abanderado la educación desde tiempos pasados.

Ha reprochado a los legisladores la actualización de leyes mohosas que necesitan imperiosas actualizaciones para ser adaptadas a los nuevos tiempos. También al Poder Judicial por hacerlas cumplir con responsabilidad y criterio. Asevera y persevera sobre la mala educación que reciben los menores, muy especialmente, desde el principal núcleo educador que es La Familia. La superprotección de la cría no garantiza su seguridad, más bien la hace vulnerable a cualquier ataque del enemigo y débil autoprotector de los inevitables obstáculos que continuamente encontrarán en el camino.
Creo que en una frase logró resumir toda la entrevista:
- Ahorna, gracias a la crisis, los padres están aprendiendo a decir NO.
Estoy seguro que la audiencia en su mayoría, hombres o mujeres; maduros o no, ha aprobado la participación de este Juez con cara bonachona y voz de verdadera justicia.
Está claro que no hacen falta bonitas palabras para decir la verdad.

Enhorabuena a Quintero que, una vez más, ha sabido elegir al ocupante de la silla del entrevistado.

jueves, 19 de marzo de 2009

Todos diferentes, todos iguales




... y siguen llegándonos noticias de malos tratos. Hombres que agreden a sus parejas o las asesinan con tremenda frialdad después de toda una vida en común; padres que golpean a hijos, e hijos que matan a padres sin el menor sentimiento de apego, pese a compartir la misma sangre; individuos de una misma sociedad que se atacan como ni siquiera los animales lo harían.
Casos y casos que vemos continuamente en los medios de comunicación, sin embargo, son muchos más los que acontecen pese a no ser difundidos mediaticamente.
Hablamos de machismo, xenofobia, locuras y otras enfermedades que, si es verdad que existen, no son la única causa de esta cultura del desprecio a la vida que parece proliferar. Todos nos echamos las manos a la cabeza. Buscamos herramientas para erradicar este mal, pero parecen no dar resultados.
El Ser Humano siempre ha intentado, intenta y seguirá intentando ser dominador. Imponerse en su hábitat para ejercer su voluntad sobre el resto de sus semejantes. Por lo general, el macho musculado prevalecerá, físicamente, sobre la hembra; el grande sobre el pequeño; el poderoso sobre el débil.
Quizá estemos andando por el camino equivocado. A lo mejor no se trata de buscar igualdad entre personas de diferentes sexos, las cuales no se asemejan en nada. Ni tratar por igual al fuerte como al débil; al más inteligente como al menos inteligente; al más trabajador como al menos trabajador. Después de todo, la búsqueda de igualdad no dejará de ser la búsqueda de una nueva injusticia. ¿Cómo trataríamos de igual al contratar a porteadores de cajas en los puertos?. A partir de ahora deberíamos hablar de personas con cualidades determinadas que, indiferentemente sean hombres o mujeres, solo tienen que cumplir las cualidades exigidas para ejercer en un puesto de trabajo, realizar cualquier actividad o ser consideradas por los demás. Me parece realmente inconcebible que se pida que a una mujer que trabaja junto a un hombre se le pague igual, porque, sencillamente, no hay que pedirlo sino denunciarlo.
Desde ahora no pediré igualdad para hombres y mujeres, sino que exigiré que se persiga los actos delictivos de aquellos que, aprovechando su poder, opriman al desfavorecido. Educaré para la tolerancia y el trato respetuoso hacia el Ser Humano, indistintamente sea hombre o mujer.

Aún queda por ver si la inteligencia radica en sostenerse sobre dos apoyos, creernos que poseemos un lenguaje de comunicación más desarrollado al de otros seres vivos o conquistar nuevos mundos. El total desprecio que tenemos hacia la vida, nuestro bien más preciado, hace patente que el Ser Humano quede bastante lejos del Ser Inteligente del que presumimos cuando nos comparamos con otros Seres que comparten con nosotros el espacio Terráqueo.

sábado, 14 de marzo de 2009

De la importancia de viajar




Esta noche, uno de vosotros que participáis de este blog de reflexiones, me ha relatado una breve e interesante síntesis de su exótico viaje a Turquía. En pocas frases ha desterrado de mi imaginación la aridez que parece desprenderse de las imágenes de películas y otros documentales que he podido ver por televisión. Un país entendido, al menos por mí, de costumbres asiáticas, y que, según la realidad apreciada por este viajero, parece quererse decantar cada vez más hacia el lado Europeo. Eso sí, sin perder de manera absoluta sus raíces orientales.
Nos recomienda visitar la megalópolis de la que, posiblemente, más orgullosos estén los turcos: Bizancio, después llamada Constantinopla. Actualmente Estambul.

La tecnología de hoy día nos permite globalizar nuestros movimientos en los que las distancias se acortan y se hacen asequibles en kilómetros y coste. La pluralidad de culturas, modos de vida y todo cuanto rodea al ser humano, se convierte en el manantial de sabiduría que nos hace mejorar. El respeto y la tolerancia los medios para llegar a ella.

Sé que cuando preparamos las maletas para cruzar nuestras fronteras, un pellizco se nos coge en el estómago. Intranquilidad por los contratiempos por venir, sumado a la pérdida de confort que nos ofrece nuestro hogar, nos puede hacer titubear en la decisión de partir hacia tierras desconocidas. Sentirnos desprotegidos por el desconocimiento del idioma, que no conocemos, también puede ser un obstáculo.
Pero, una vez superada la indecisión, subimos al barco, avión, tren o vehículos y abrimos los cinco sentidos para disfrutar del viaje.

Foto: Estambul.

viernes, 6 de marzo de 2009

Eolos


Tan inesperada como poco frecuente ha sido la llegada de fuertes vientos en los albores de la primavera. Eolo, Señor de Los Vientos, nos ha enviado ráfagas que han oscilado entre los setenta y noventa kilómetros por hora. Estúpidos de nosotros que, lejos de valorar la enorme riqueza que nos ofrece mediante la posibilidad de crear energía limpia, lo despreciamos en pos de becerros de oro adorados por todos, enriquecedores de muy pocos. Seguramente, el problema es que el viento es incoloro y no podemos deslumbrarnos con el brillo de la codicia que acciona nuestros mecanismos de aprovechamiento.

El próximo día que volvamos a ser premiados con su visita, salgamos y fundámonos en la naturaleza. Sintamos el aire empujándonos sobre la espalda y saltemos, saltemos lo más alto posible para ser empujados hacia delante. No os dejéis arroyar por él, haced un pacto de asociación de fuerzas y aprovechadlo para correr más rápido, saltar más lejos o llenar el velamen, aunque sea por un instante, del velero aventado en la calma de la rutina.
Después, giraros y ofrecer resistencia al aire enfurecido y dejaros acariciar por él. Sentid su fuerza y mostrarle el respeto que todo guerrero debe mostrar a su enemigo mientras prepara la estrategia para entrar en batalla.

Otro día más que muchos no habrán sabido disfrutar de los frecuentes regalos con los que Pachamama nos agasaja a cada momento, y sólo a cambio de corresponderle mínimamente con el amor que ella profesa a todos los que de sus ubres mamamos.

Foto. Tifón visto desde la luna.

martes, 3 de marzo de 2009

Teoría de la Totalidad


Todos hemos oído hablar del bien y del mal; del mucho y del poco; del si y del no.... El hombre desde sus inicios ha clasificado su existencia en dos únicos conceptos: el todo y el nada.
Las religiones nos prometen el paraíso a cambio de un contrato vigente durante nuestro paso terrenal, por el que debemos cumplir las leyes impuestas en sus mandamientos. De quebrantarlas, la paz, el sosiego, la celestialidad del descanso eterno se tornará en bajada a los infiernos para pulgar nuestra desobediencia por los siglos de los siglos.
Esa clasificación a perpetuidad de nuestro espíritu pudiera ser la base sobre la que se sostenga el concepto del todo y del nada.

Por otra parte, me pregunto: si el hombre dejara de atormentarse por la muerte, y por tanto, no buscara en las religiones la existencia infinita, ¿habría clasificado su vida en el todo y en el nada?. ¿Hubiera sido posible que buscase otro tipo de medidas más cuantitativas que nos permitieran graduar más fácil los hechos, y por tanto de manera más exacta?

Estoy seguro que todas las personas que se relacionan con el mundo empírico, en el que todo tiene una explicación y sigue una lógica o los filósofos que escudriñen por los recovecos de los saberes buscando verdad sobre la racionalidad del sentido de obrar humano; etc., compartirán conmigo la nueva teoría de “La Totalidad”.

A partir de ahora, “el todo y el nada” quedará englobado en un único “todo”. Lo que establecerá las diferencias será la medida del nivel. Todos los que antes eran malos, ahora serán menos buenos. A partir de ahora, deberemos aumentar la dosis de respeto por el prójimo, pues todos seremos médicos o escritores o leñadores o …, todos ricos, todos inteligentes, todos de todo. Eso sí, cada uno en su nivel.