Rompamos y enterremos las cadenas... hagamos libertad

Somos lo que somos. Un puñado de materia orgánica controlada por unos genes heredados que se apropian de gran parte de nuestro comportamiento. Pero también somos materia gris que nos hace, en cierta medida, ser autónomos para tomar decisiones, también aprender y reeducar comportamientos reflejos. En conclusión, somos responsables de nuestros actos.
No seré yo el que haga valoraciones de los actuaciones de cada cual, pues el límite separador entre lo correcto e incorrecto es relativo a multitud de factores imposibles de asemejar entre individuos de características dispares.

Nada más lejos de mi voluntad preestablecer cánones de comportamiento, ni siquiera hacer discurso demagógico de conductas políticamente correctas. Mi única pretensión es reflexionar en voz alta para pedirme a mí mismo la fuerza justa y necesaria para seguir buscando esos valles de libertad en los que todas y cada una de mis acciones se vean libres de miedos y opresiones de enfermedades de la mente o del hombre. La Libertad en el hombre es inalienable y así deberá seguir siendo.

… no llores por mí. No soy esclava de la locura, sino sierva de la libertad.

Bríd. La Maldición del cuervo