domingo, 31 de enero de 2010

Se venden historias...

Siempre soñaste llegar a ser…; venderías tu alma al diablo por conseguir…; ojala… Pues ahora puedes conseguirlo comprando tu propia historia personalizada por el módico precio de “X” €, que deberás ingresar en cualquiera de las cuentas de ayuda al pueblo de Haití(no hace falta enviar el resguardo, que ya nos conocemos).
Envíame el motivo de la historia al correo gym_fenix@hotmail.com
(nota: entre gym y fenix hay un guión bajo) y recibirás tu propia historieta(máximo 300 palabras), por supuesto con garantía de un mes.

sábado, 30 de enero de 2010

La música es...



La música es melodía, ritmo y armonía combinados. La música es la alegría más desorbitada, la melancolía más profunda, lo más y lo menos de comportamientos modulados al ritmo de las ondas.
También es música los sonidos que se desprenden del curso del arroyuelo que serpentea entre riscos y vaguadas de La Sierra, el gorjeo de pajarillos que pueblan las arboledas, las melodiosas voces de los amantes, la fraternal llamada de los Padres, las cómplices confidencias de los amigos…Más allá de puro sonido, la música se convierte en la dulce melodía que nos provoca conductas al son de su compás.
El rock propulsó las caderas con movimientos desorbitados haciendo que aquella generación rompiera con los moldes establecidos para vivir del mismo modo que bailaba. Y así podríamos estar hablando de las distintas tendencias musicales que han marcado y marcarán la forma de vivir de generaciones en mayor o menor medida.
Hoy, Scorpion, grupo heavy, han anunciado que desconectarán definitivamente sus amplificadores, lo que supondrá que, aunque su música persista, muchos serán los que pierdan ese compás que les marca el ritmo apasionado de sus vidas.

domingo, 24 de enero de 2010

Vida eterna

Algunas veces nos despedimos con un –hasta pronto- sin imaginar que en realidad debiéramos haber utilizado -hasta nunca más-, pues un severo infarto puede estar presente en el momento menos inesperado. Después, solo quedan compromisos incumplidos y muchos recuerdos.
Es triste creer que cuando morimos desaparecemos sin más; creer que nuestro paso terrenal se borra sin dejar huella; creer que tras la muerte nos volvemos baldíos e intrascendentes. Por eso, somos muchos los que abogamos por la inmortalidad del Ser. No hay final, sino perdurar, y ahora por siempre. Con toda seguridad seguiremos en el pensamiento de muchas personas y, con toda seguridad, muchos se favorecerán de algo que nosotros hicimos. En alguna forma habremos intervenido en cualquier eslabón de aquellas cadenas que sostienen y sostendrán a otros.
Ahora toca guardar duelo para desterrar la presencia física y adaptarnos a la psíquica. Terminado el tiempo de pesar, es nuestro derecho y deber seguir viviendo hasta siempre.

Amigo Molina, como te prometí antes de marcharte a Barcelona, te adjunto el fragmento del capítulo de “Deporte para mayores” perteneciente al libro “Historia-s del deporte en Hornachuelos” con el que el Área de Deportes te ha querido homenajear, humildemente, desde nuestra escasa capacidad literaria. Esperamos que te guste. Con todo nuestro cariño para Ti, quien siempre estarás en nuestro pensamiento repartiendo bromas a tus compañeros de cancha y monitores.

Primer curso de natación

…cerrado el plazo, son pocas mujeres las que se han decidido a formar parte de este primer grupo de natación para mayores, aún menos los hombres. Sin embargo, el grupo cumple con las expectativas que nos habíamos marcado en la planificación.
Hombre con imagen de seriedad, lo teníamos. En su vida laboral, perteneció a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Su jubilación fue provocada, más que por su edad, por el reconocimiento a toda una vida del ayer y hoy en la Benemérita. José Manuel Molina, de rostro serio, carácter animado y actitud sin límites. Atrevido en los ejercicios más difíciles, de comentarios ocurrentes y simpáticos y, sobre todo, gran persona. En resumen, pieza clave ideal en un grupo de mantenimiento, que todo monitor desearía tener…


…De repente, y sin esperarlo, alguien se había tirado de cabeza al agua. Sólo sabíamos que tenía la cara muy blanca y los mofletes algo hinchados. Posteriormente pudimos comprobar que nuestro querido amigo Molina, se debía haber puesto el bañador sin abrochar, y el brusco roce con el agua, lo hizo deslizarse piernas abajo. Efectivamente, la supuesta cara no era tal, sino un trasero más blanco que la cara de Drácula después de sufrir una lipotimia.
Repuestos de aquella impactante imagen, pudimos ver la verdadera cara del buen nadador que, al vernos reír, nos dirigió un enternecedor comentario que echó por tierra la imagen de seriedad que nosotros le habíamos imaginado…
Nota sobre fotografía:Cruz egipcia de la vida- ANKH- un símbolo y atributo de dioses inmortales.
En las creencias y el simbolismo del antiguo Egipto, se confiaba en el para traer longevidad y salud eterna.
En el mundo de los muertos era la llave para abrir las puertas del paraíso y a los dioses amigables, que traían una vida eterna y feliz.
También restaura el balance de la energía, expulsa todas las ondas perjudiciales causadas por enfermedades y el cansancio del organismo
.

martes, 19 de enero de 2010

Haití. S. O. S.


Lo malo que tiene vivir en una sociedad materialista es que nos acostumbramos a creer sólo aquellos que podemos ver, creencia ilusoria ya que los espejismos nos muestran lo que no existe, y desterramos de nuestras acciones el pensamiento, la reflexión, la racionalidad y cuantas maneras de comportamiento que garanticen la actitud adecuada.
Será por ello por lo que cuando vemos en la televisión catástrofes como la de Haití la cualidad de transparencia de la pantalla del televisor nos deja ver todo el horror que están sufriendo sin reflejarnos y, por tanto, sin hacernos sentir partícipes junto a ellos.
Ahora bien, probad a colocar un foco de luz tras vosotros y podréis veros reflejados en la pantalla, por lo que cuando salgan esas imágenes horrorosas del pueblo haitiano os podréis sentir incluidos en ellas y de esa forma comprender que en cualquier momentos podríamos ser nosotros los que estuviéramos en esa situación. Y, si eso fuera así, ¿querríamos recibir respuesta a nuestro petición de auxilio?. Cada cual que se conteste.

miércoles, 6 de enero de 2010

Noche de Reyes

Sonaban las cuatro de la tarde en el reloj del Ayuntamiento. Unos escasos y débiles rayos de sol hacían presagiar el comienzo de la Cabalgata de Reyes. Punto de partida en Cortijuelos para subir por la espina dorsal del pueblo hasta llegar a la parte más alta y, desde allí, iniciar descenso hasta el mismo corazón en el que hoy se ha convertido el cine de invierno, lugar escogido por SS.MM. para hacer entrega de los regalos a los más pequeños.
Hube de apremiar la marcha dirección las Erillas para alcanzar al séquito y poder endulzarme el día con las múltiples miradas ilusionadas de los corazones blancos, aún impolutos de sucias intenciones, que se abrían al fascinante mundo de la magia en el que todo es posible.
Y allí estaba el pelirrojo Juanito. Renegado de las primeras filas, en las que la lluvia de caramelos era abundante, por su poca agraciada corpulencia y que, como en la cancha de juego, lo obligaba a hacer un sobreesfuerzo para conseguir metas netamente inferiores a las que conseguían sus compañeros. Pero él, testarudo como pocos, no cejaba en los intentos por llegar al dulce botín esparcido por el suelo para verse recompensado con algunos caramelos, aunque estuvieran pisoteados por otros.
Un poquito más allá, me detuve de nuevo para recrearme con la jovial imagen de Antonio, melojo veterano de pelo canoso intenso, cuya vitalidad parece querer postergar una senectud acechante en la debilidad.
Rozando las seis de la tarde debía retomar algunas obligaciones personales y dar por finalizada mi grata participación en la Cabalgata. Y, justo al girarme, doy de bruces con Jorge, un pequeño y muy moreno rumano de no más de doce primaveras vividas, aunque si lo comparamos con otros pequeños de su misma edad parece sacarles bastantes años, con toda seguridad producto de su vivacidad callejera. Sus zapatillas rotas, su escasa vestimenta, su falta de todo producto de la mala situación económica en la que su familia lleva instalada un tiempo, no eran motivo suficiente para arrancar la sonrisa de sus labios y la ilusión de su mirada. Estoy convencido que era el niño que más estaba disfrutando de la Cabalgata de los Reyes Magos de Oriente.
Y terminé de pasar la tarde…

Ahora, como cada media noche, busco mi pequeño rinconcito para hundirme en la reflexión del día pasado. Me relajo al sentirme protegido por la intimidad de la soledad y mi teclado se convierte en vociferante delator de lo que se geste en mi cabeza.
Revivo las emociones vividas en la Cabalgata y me dejo arrastrar por esa magia ahondándome en la irracionalidad de esta misteriosa noche.
Sé que será una larga noche, pero también sé que el cansancio será recompensado con el regalo que les voy a pedir para mí: Deseo conseguir …
Mi credulidad sólo podría borrarse pulverizando sobre ella una gran dosis objetiva de pruebas tangibles sobre la no existencia de los tres Reyes. Por eso, he decidido pasar la noche en vela para presenciar con mis propios ojos el mágico momento en el que Ellos vengan a traerme mi regalo.

Han pasado algo más de dos horas y no he oído, ni visto, nada raro. No voy a negar que conforme transcurre la noche mi escepticismo va en aumento en detrimento de una credibilidad sustentada en pilares de lo absurdo. Pero aquí seguiré impertérrito hasta que el amanecer diluya el último atisbo que me haga seguir creyendo la verdadera existencia de los Reyes Magos.
A lo lejos el campanario del Ayuntamiento resuena para marcar las cinco de la madrugada. Mi cuerpo desparramado sobre el sillón permanece, pese al cansancio, alerta como el centinela apostado en la garita del polvorín. Nada de ruidos, nada sospechoso, nada de nada. En apenas tres horas amanecerá y empiezo a desesperar, más que por lo baldío del esfuerzo, por la desilusión y el fracaso. Aún así, aquí permaneceré hasta el final de la noche.

Unos minutos más allá de las siete y media de la mañana el cielo azabache empieza a resquebrajarse empujado por la luz del nuevo día. Contrariamente al lógico cansancio que debería rendir mi cuerpo, me encuentro más activo que el resto de la noche. Una cierta emoción interior excita mi corazón y la devoción a la que me he debido toda la noche resurge de mi interior espoleada por lo que acabo de comprender. Y es que mi espera ha sido absurda por cuanto mi afán de ver a los Reyes Magos entrar por el tejado para dejarme el regalo, ya que los Reyes ya me han visitado y entregado mi deseo en mano. Qué banalidad por mi parte pensar que vendrían por los tejados ataviados con vestimentas del pasado, montados en sus camellos o cargados de regalos.
Los Reyes ya se presentaron:

Juanito, el pelirrojo, estaba representando a Melchor. Y la perseverancia y el esfuerzo era el presente que ha querido regalarme.

Antonio, con su pelo canoso, representaba a Gaspar. La ilusión era su presente.

Jorge, el niño rumano, representaba a Baltasar. Su enorme riqueza de espíritu no podría pagarla todo el oro del mundo.

Y todo lo comprendí. Yo les he pedido un regalo y ellos han sido mucho más generosos conmigo, porque me han puesto en las manos las herramientas necesarias para conseguirlo más allá de la fugacidad de lo efímero prorrogado por siempre a lo largo de mi terrenal existencia.

El siguiente deseo que pediré para el próximo año es que los Humanos tengamos suficiente inteligencia para percibir todos los regalos que la vida nos ofrece y obviar todo lo que nos hace destructivos con nosotros mismos.