Ayer me dijeron que era un soñador. Y que los soñadores suelen vivir en realidades de ficción para dar la espalda a su triste realidad. En definitiva, que vivimos en pura ingenuidad mientras nos cegamos a la verdadera realidad.
Amigo mío, sí, es cierto, soy un gran soñador. También es cierto que los soñadores vivimos alternando la realidad con la ficción, o, mejor diría yo, intentando que ese sueño transgreda la frontera de la irrealidad para, así, poderlo hacer tangible y poderlo disfrutar. Quizá para algunos los sueños, sueños son. Para mí, los sueños son como esas pepitas de oro que muchos buscaron en los ríos; como esa fuerte inversión que dedicas a sacar adelante tu proyecto; como ese maratón que empiezas sólo por tener alguna posibilidad de cruzar cuarenta y dos kilómetros después la meta.
A riesgo de vivir una falsa realidad, seguiré soñando.
…anoche, recostado sobre el cuero negro de una flacucha camilla, soñé despierto. Y soñé que por un momento tuve el poder de vencer a la muerte; que con un breve gesto concedía la vida a quien expiraba su último hálito de esperanza; que con ese mismo gesto devolvía el marido a una viuda, los padres a unos huérfanos. También soñé que borraba la tristeza de las caras afligidas por el dolor y secaba las lágrimas que brotaban de la desesperación.
A los pocos minutos desperté, de mi sueño despierto, sintiéndome poderoso, satisfecho, emocionado. Teniendo la sensación de que había repartido un poquito de vida a los que se les extinguía la suya.
Fue tan placentero esa ficción que seguiré soñando cada vez que me tumbe en esa camilla para donar sangre, aunque algunos piensen que solo trato de evadirme de mi triste realidad.
¿Lo has probado tú? ¡Atrévete! “Dona sangre, dona vida”.
Amigo mío, sí, es cierto, soy un gran soñador. También es cierto que los soñadores vivimos alternando la realidad con la ficción, o, mejor diría yo, intentando que ese sueño transgreda la frontera de la irrealidad para, así, poderlo hacer tangible y poderlo disfrutar. Quizá para algunos los sueños, sueños son. Para mí, los sueños son como esas pepitas de oro que muchos buscaron en los ríos; como esa fuerte inversión que dedicas a sacar adelante tu proyecto; como ese maratón que empiezas sólo por tener alguna posibilidad de cruzar cuarenta y dos kilómetros después la meta.
A riesgo de vivir una falsa realidad, seguiré soñando.
…anoche, recostado sobre el cuero negro de una flacucha camilla, soñé despierto. Y soñé que por un momento tuve el poder de vencer a la muerte; que con un breve gesto concedía la vida a quien expiraba su último hálito de esperanza; que con ese mismo gesto devolvía el marido a una viuda, los padres a unos huérfanos. También soñé que borraba la tristeza de las caras afligidas por el dolor y secaba las lágrimas que brotaban de la desesperación.
A los pocos minutos desperté, de mi sueño despierto, sintiéndome poderoso, satisfecho, emocionado. Teniendo la sensación de que había repartido un poquito de vida a los que se les extinguía la suya.
Fue tan placentero esa ficción que seguiré soñando cada vez que me tumbe en esa camilla para donar sangre, aunque algunos piensen que solo trato de evadirme de mi triste realidad.
¿Lo has probado tú? ¡Atrévete! “Dona sangre, dona vida”.
Hola amigo y compañero. Di que sí, no dejes de soñar, porque es algo bonito, y en muchas ocasiones, hace sentirse, en ocasiones, algo mejor y, como consecuencia, tener un día feliz en esos días en los que prefieres no haber despertardo. Y como bien dices, no ha mejor sueño, que el que puedes sentir tumbado en esas camillas durante 6 minutos, mientras sueñas, esta fluyendo tu sangre para que les pueda a servir otra persona. Es un bonito gesto solidario, el cual comparto contigo desde que tengo los 18 añitos, sin faltar a ninguna cita a ese sueño de "vampiros, chupa sangre".
ResponderEliminarTu entrada me ha encandilado, lo que has escrito... es tan humano... que su profundidad me ha calado fondo.
ResponderEliminarYo también soy soñadora, y defensora de los sueños, pues ¿qué interés tiene la vida sino el de luchar por las cosas y personas que quieres y conseguirlas de cuando en cuando?
Los sueños son mágicos, pero las personas también podemos serlo, o eso pienso.
DOnar sangre es algo que todos deberíamos hacer, yo aún no he podido hacerlo pero espero tener la posibilidad este año, ayudar salvar una vida no tiene precio.
Espero que no te molestra esta irrupcción en tu blog. Un saludo
Disfrutemos de la magia y la incoherencia del subconsciente mientras dormimos. Pero, insisto, soñemos también despiertos y con los pies apoyados en el suelo porque, así, no habrá barreras que coarten nuestra ilusiones, nuestros proyectos.
ResponderEliminarAlter, durmiendo o despiertos, en el voluntariado o la profesionalidad, sigamos soñando que es posible…
Amiga Isia, estoy convencido que mi escrito no ha calado hacia tu interior, sino más bien lo único que ha hecho es remover esa humanidad que también en ti nace. Ahora, lo importante es dejarla fluir para que se disperse.
ResponderEliminarPor supuesto, lejos de irrumpir en el blog, te agradezco en nombre de todos los blogeros, que aquí participamos, tu aportación en este foro, que lo único que pretende es compartir reflexiones de lo presente, pasado y por venir.
Por tanto, te damos la bienvenida y quedamos esperando tus comentarios que, a buen seguro, nos tienen mucho que enseñar.
Un abrazo amiga Isia