domingo, 12 de junio de 2011

La Montaña de los Ángeles


Sobre la Montaña de los Ángeles resplandece la ruinosa edificación resistiendo a la crisis de vocaciones seminaristas. Entre romeros y jaras todavía se perciben los recuerdos de vidas contemplativas. La Montaña aún intenta digerir en sus tripas la toxicidad de conciencias eremíticas que habitaron sus cuevas. Sobre los altos riscos, orgullosos y desafiantes, los centinelas carroñeros custodian las leyendas del lugar. La Montaña de Los Ángeles..; que dio cobijo a ignominiosos evangelizadores del nuevo mundo; que fue cautiverio de adolescentes vocaciones impuestas; que en sus últimos estertores docentes malogró tanta inocencia… se sigue exhibiendo impúdica sin la menor intención de redimir sus pecados. Permanece contemplativa, en calma, esperando a recuperar el protagonismo romántico que desde su interior nace.

Qué hermoso paraje desde la verticalidad belleza del que la contempla desde las remansas aguas del Bembézar. En silencio, sobre el fondo de la dulce melodía que interpreta la caricia del remo al agua.

6 comentarios:

  1. Sobre todo el silencio... no digo más, ¿verdad Hipoman? :)
    Un privilegio verlo como lo vimos ayer.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Quien no ha estado en la Montaña de los Ángeles no ha contemplado su atávica belleza. Eso está claro. Pero también se respira una brizna de aire místico por la histórica presencia eremítica y del Seminario. Creo que eso está claro. No obstante, he notado en tu reflexión de hoy, Rafa, un cierto tono de "mataconventos". ¿Eso está claro? La Montaña de los Ángeles se debe a su historia. Y su historia está claramente ligada a la mística, a la ascesis, a la vida contemplativa, a la religión...y al profundo misterio que emanan sus quebradas. Mal nos pese, claro. Probablemente eso sea así.
    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. No seré yo quien coarte la libertad religiosa de cada cual.
    Si seré yo quien condene el encarcelamiento de la libre elección, cuando los pobres jueces mortales se atrevan a dictaminar en nombre de quién sabe.

    ResponderEliminar
  4. Que extraordinaria reflexión sobre el Seminario. Yo conozco una persona que estuvo en él, y coincide con tu frase: "que fue cautiverio de adolescentes vocaciones impuestas; que en sus últimos estertores docentes malogró tanta inocencia…" Enhorabuena

    ResponderEliminar
  5. Gracias, Paco. Ojalá estas palabras sirvieran para paliar en medida alguna el sabor amargor que, aún hoy, algunos padecen.

    ResponderEliminar
  6. Recuerdo que este blog quedó petrificado en la red. Ahora las reflexiones a media noche... serán:
    http://rafaelmoyaruiz.jimdo.com/blog-reflexiones/

    ResponderEliminar