domingo, 24 de abril de 2011

Sentado bajo el naranjo



Sentado bajo el naranjo me protejo de la fría lluvia. Tan sólo un momento antes, disfrutaba de una maravillosa tarde de primavera. El cantar de los pajarillos dulcificaba mis emociones y el olor a azahar me traía recuerdos que me transportaban a la pureza de la edad temprana, de felicidad transparente y de sueños verdecidos por la promesa de un futuro dilatado. Pero, ahora, sigue lloviendo. Y los recuerdos del pasado, quizás sólo sirven para adornar los recovecos de nuestra memoria con quimeras de deseos que nunca se cumplieron. Llueve. Sigue lloviendo y hace más frío. Pero escampará. Sé que tras la nube grisácea se esconde el cielo azul de maravillosas tardes de sol. Sólo es cuestión de seguir esperando un poco más.

Aprovecho este foro reflexivo para dar las gracias a un amigo. Y le doy las gracias porque habiendo triunfado en una de sus muchas y particulares búsquedas del tesoro, en lugar de ambicionar egoístamente las riquezas, que en verdad les pertenece, las ha querido compartir conmigo. Querido amigo R. has vuelto a meter en la chistera un pequeño gesto ordinario para sacar de ella un enorme momento de vida.

Echadle un vistazo a este vídeo. Seguro que no quedaréis indiferente después de verlo: http://www.youtube.com/watch?v=FKIkjJOI6Ww

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