miércoles, 14 de enero de 2009

Noche de cuervos

ATENCIÓN: Las textos al ser leídos nos transmiten ideas que podrían variar según las circunstancias en las que se interpreten. Por ello, sería interesante leer éste en los alrededores de la última meditación del día, y, de esa forma, envolvernos en las mismas circunstancias en las que fue escrito para recepcionar lo más nítidamente posible su comunicación.


La luz del sol, que durante el día todo lo inunda de energía y vitalidad, se debilita poco a poco, como si alguien o algo hubiera rajado el cielo y por esa herida se desangrara la luminiscencia de lo racional; de lo correcto; de lo celestial; de todo lo lógico y natural. Vaciada la luz, se abren las puertas del reino de la noche. Los espacios, en su totalidad, se tornan ambiguos, y, de las que fueron fuentes de vida, manan incertidumbres, desasosiegos y miedos. Las criaturas de la noche se hacen dueñas de los sueños y se apoderan del demonio que todos llevamos escondido dentro. La luna, que tiempos atrás perteneció al reino del bien, reniega de él y cruza la frontera del mal buscando notoriedad, haciéndose copartícipe de los fenómenos de criaturas y alimañas que vagan por lo prohibido. Ella, dominadora y radiante en su universo, los convoca en noches de plenilunio y les muestra el camino que serpentea entre las tinieblas y los valles del inframundo.
Tened cuidado a la llegada del crepúsculo. Refugiarse del ataque del maligno. Obviar los malos pensamientos y descansad con la mente en blanco a la espera del resurgir del nuevo día. No sucumbáis a las provocaciones noctámbulas y creed sólo en vosotros mismos.

El cuervo carroñero dibujará su silueta sobre la luna a la espera de algún cadáver de la noche. Sus alas negras se desvanecerán sobre la oscuridad y su pico penetrará por las pequeñas heridas para abrirlas hasta su máximo dolor. Su espíritu invisible, por siempre planeará por las oscuridades, dispuesto a alimentarse de la enfermedad, el desaliento, el desfallecimiento, la podredumbre de nuestras debilidades…

Sed fuertes y protegeos de LA MALDICIÓN DEL CUERVO.

1 comentario:

  1. Dos veces que escribo un texto y se me va.Mañana te volveré a escribir.¿ Y Curro ? ¿ Sigue en Berlaymont ?

    Espero que lo hagas todo lo bien que puedas en esta incursión en el terror gótico del siglo XX. Y que la novela se lea de un tirón.

    Un saludo Rafa A. Poe

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