Tan inesperada como poco frecuente ha sido la llegada de fuertes vientos en los albores de la primavera. Eolo, Señor de Los Vientos, nos ha enviado ráfagas que han oscilado entre los setenta y noventa kilómetros por hora. Estúpidos de nosotros que, lejos de valorar la enorme riqueza que nos ofrece mediante la posibilidad de crear energía limpia, lo despreciamos en pos de becerros de oro adorados por todos, enriquecedores de muy pocos. Seguramente, el problema es que el viento es incoloro y no podemos deslumbrarnos con el brillo de la codicia que acciona nuestros mecanismos de aprovechamiento.
El próximo día que volvamos a ser premiados con su visita, salgamos y fundámonos en la naturaleza. Sintamos el aire empujándonos sobre la espalda y saltemos, saltemos lo más alto posible para ser empujados hacia delante. No os dejéis arroyar por él, haced un pacto de asociación de fuerzas y aprovechadlo para correr más rápido, saltar más lejos o llenar el velamen, aunque sea por un instante, del velero aventado en la calma de la rutina.
Después, giraros y ofrecer resistencia al aire enfurecido y dejaros acariciar por él. Sentid su fuerza y mostrarle el respeto que todo guerrero debe mostrar a su enemigo mientras prepara la estrategia para entrar en batalla.
Otro día más que muchos no habrán sabido disfrutar de los frecuentes regalos con los que Pachamama nos agasaja a cada momento, y sólo a cambio de corresponderle mínimamente con el amor que ella profesa a todos los que de sus ubres mamamos.
Foto. Tifón visto desde la luna.
El próximo día que volvamos a ser premiados con su visita, salgamos y fundámonos en la naturaleza. Sintamos el aire empujándonos sobre la espalda y saltemos, saltemos lo más alto posible para ser empujados hacia delante. No os dejéis arroyar por él, haced un pacto de asociación de fuerzas y aprovechadlo para correr más rápido, saltar más lejos o llenar el velamen, aunque sea por un instante, del velero aventado en la calma de la rutina.
Después, giraros y ofrecer resistencia al aire enfurecido y dejaros acariciar por él. Sentid su fuerza y mostrarle el respeto que todo guerrero debe mostrar a su enemigo mientras prepara la estrategia para entrar en batalla.
Otro día más que muchos no habrán sabido disfrutar de los frecuentes regalos con los que Pachamama nos agasaja a cada momento, y sólo a cambio de corresponderle mínimamente con el amor que ella profesa a todos los que de sus ubres mamamos.
Foto. Tifón visto desde la luna.
BUENO RAFA,
ResponderEliminarLAS DISTINTAS POSTURAS QUE DEBAMOS ADOPTAR FRENTE AL VIENTO DEL QUE HABLAS SEGURAMENTE IRÁN EN CONSECUENCIA A LA QUE CADA UNO TENGA EN EL MOMENTO EN QUE LE PILLE.
SEGURAMENTE HABRÁ MÁS DE UNO QUE NI LO OIGA LLEGAR, NI SE ENTERARÁ CUANDO HAYA PASADO, ASÍ QUE COMO SUELE OCURRIR,EL VIENTO SERÁ COMO EL TREN QUE VIMOS PASAR Y QUE NO TOMAMOS POR MIEDO AL DESTINO QUE PUDIERA TENER.
YA SABES QUE EN NUESTRO PUEBLO YA HAN SOPLADO MUCHOS VIENTOS Y ALUMBRADOS MUCHOS SOLES,PERO POR DESGRACIA SIEMPRE NOS HAN PILLADO A LA SOMBRA O A CUBIERTO.
ÉSTO QUE TE ESCRIBO ES UN "PEQUEÑO" SILOGISMO QUE COMO BUEN MELOJA QUE ERES, IMAGINO QUE SABRÁS ENTENDER Y TE DOLERÁ TANTO COMO A MÍ.
LO IMPORTANTE NO ES LA FUERZA DEL VIENTO, SINO HASTA DONDE SEA CAPAZ DE LLEVARNOS.....
POR CIERTO, AÚN ESPERO LAS FOTOS DEL SENDERIMO.
MÁNDAMELAS CON EL VIENTO. UN ABRAZO TRONCO