Esta noche la insistente niebla vuelve a ocultar la belleza del paisaje. Durante el día la creciente crisis de valores, económica o de sistema se hace insoportable para la fragilidad humana que ha alcanzado el estado de bienestar y se niega a mirar hacia atrás. Todos andamos preocupados por un futuro inestable que amenaza con hacernos perder el trabajo. Por consecuencia, nos veremos obligados a suprimir las ansiadas vacaciones y endurecer las salidas ociosas a bares, cines o restaurantes. Quizás, hasta abocarnos a la austeridad en los continuos excesos que tan perjudiciales son para nuestra salud física y psíquica. Pero no debemos tener miedo al receso del bienestar, porque su necesaria dosificación nos hará recuperar la dosis apropiada de medicina que nos libere de la bulimia consumista que tanto daño nos hace.
RAFA, HOY EN DÍA LOS GOBIERNOS IMPLICADOS NO DEJAN DE BUSCAR FÓRMULAS PARA ACABAR CON LA CRISIS DE AFGANISTÁN O IRAK.
ResponderEliminarSIEMPRE QUEREMOS VER LAS COSAS DESDE NUESTRO PUENTO DE VISTA DE LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR, PERO YO TENGO LA TEORÍA DE QUE ALGUIEN QUE NO TIENE NADA QUE PERDER, NUNCA TENDRÁ NADA QUE TEMER. POR ESO AVISPEROS COMO AQUELLOS NUNCA ACABARÁN DE SE DESINFECTADOS.
SÉ DE SOBRA LO QUE DIGO PORQUE LO HE VIVIDO IN SITU.
CREO QUE DEBERÍAMOS DEJAR DE ENGAÑARNOS Y ASUMIR LA CRUDA REALIDAD, QUE ES LA FRAGILIDAD DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL, BASADA EN EL DINERO Y LAS QUIMERAS.
NOSOTROS NOS MORIMOS DE ANSIEDAD SI NOS FALTA LA LUZ, EL AGUA, LA TELE, FALLAN LOS TRANSPORTES.....................ETEETCETCETC.
ELLOS NO TIENE NADA, VIVEN CASI EN LA PREHISTORIA Y ENCIMA TIENEN LOS COJONES DE PONERNOS EN JAQUE A TODOS LOS INVASORES CON TODO NUESTRO POTENCIAL. RAFA, NO SABEMOS EN QUE MUNDO VIVIMOS. UN ABRAZO
En nuestra sociedad del bienestar llevamos mucho tiempo, quizás demasiado, sobrestimando todo lo que nos interesa en beneficio propio -la cantinela del necio parecida al "todo va bien mientras que yo vaya bien"-. En cambio, subestimamos erróneamente la enorme capacidad de adaptación de los seres vivos, por ejemplo, de entre los que nos encontramos el género humano -la ciencia dice que somos la especie más inteligente, y por ende la más adaptable-. Sólo hay una verdad posible ante los cambios: o te adaptas o te adaptan como una apisonadora. Pero como somos tan ególatras se nos ha olvidado que la adaptación es en conjunto, en sociedad, y menos individual. Y esto es así a la luz de las últimas revisiones científicas del modelo de evolución. Darwin ha influido tanto en la construcción de nuestra sociedad actual con el modelo evolucionista de superación del más fuerte que tenemos incrustado en el inconsciente colectivo el lema "sobrevive el más fuerte". Sin embargo, parte de la comunidad científica, consciente recientemente de los excesos de esta visión evolucionista de la supervivencia, empieza a recular de sus creencias y a darle la razón a Lamaze, otro evolucionista coetáneo del siglo XIX de Darwin, que unos años antes de la publicación de "La evolución de las especies" se adelantó a sus ideas publicando en sus obras similares argumentos evolucionistas, pero con una importantísima connotación diferente: Lamaze argumentaba la supervivencia de los más fuertes, es decir, reconocía la enorme importancia de la comunidad o de la sociedad, y se la restaba al individuo. Por tanto, o nos adaptamos o nos adaptarán los cambios irremisiblemente, pero en conjunto, siempre en comunidad ¡joder! Y perdón por la expresión. El paradigma del individuo frente a la sociedad debería ir cambiando ya por el del individuo entre la sociedad, más en simbiosis entre todos nosotros, y menos parasitario, por cierto.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Acertado comentario. El problema surge cuando la masa que compone la sociedad es heterogénea y su maleabilidad imposible sin que termine rota en mil pedazos.
ResponderEliminarRespecto a la supuesta mayor inteligencia del ser humano en comparación con otros seres vivos, es un tema complejo que dejaré para otro día