Me uno a Oscar, a mí también me ha alegrado mucho que hayas vuelto a escribir en el blog. Esta es sólo la segunda vez que participo escribiendo en él, aunque cada día lo sigo leyendo tus reflexiones y los comentarios de todos tus amigos, seguidores y náufragos como muy bien ha escrito "ahechadero".
Gracias Mujercitas. Soy consciente de la excesiva generosidad de vuestras palabras, pero, aún así, no puedo evitar sentir gratas sensaciones al leerlas. Quizá, la incapacidad de comunicarse con otros seres hace al individuo naufrago a la deriva en un sistema de forzosa colectividad. Es por tanto, que, los que expresamos nuestras reflexiones en este blog, nunca naufragaremos porque siempre tendremos la palabra como navío de comunicación que resista a tempestades y calmas chichas.
Mi más sentido agradecimiento y mi más enérgica actitud por seguir reflexionando entre amigos. Un abrazo.
Rafa, sin duda alguna, la perseverancia es una virtud "rara avis" entre nosotros -la sociedad que nos acompaña-. Me gustaría compartir esa extrañeza contigo, pero no lo consigo ni por un momento sólo. Por eso, este blog me parece un monumento magnífico de pura perseverancia. Como más cosas, descifro que hay en tu vida diaria. ¡Enhorabuena de nuevo!, porque cada día más me asombras. Yo que te observo desde la distancia de la cibernáutica de un náufrago sin patria.
Amigo Ego Barsovia, la perseverancia ha sido a lo largo de mi vida un arma con la que combatir la falta de aptitudes, según en qué empresa me haya embarcado. Pero ha sido la fidelidad a mis propios valores lo que me ha permitido fijar el rumbo invariable que me ha llevado a arribar a mejor o peor puerto. Por eso, cada vez que doy por terminada una dura travesía, la celebro festejando el haberla podido terminar. El resultado de la misma no es tan importante. Y si alguna vez me he visto obligado a interrumpir el viaje, siempre he intentado ser el último que abandone el barco.
Título: La Maldición del Cuervo.
Género: Gótico.
Autor: Rafael Moya.
Editorial: Séneca
Sinopsis
Tras la gran hambruna padecida por la población irlandesa a mediados del siglo XIX a consecuencia de la plaga del escarabajo de la patata, el General Stamp se refugia en el castillo que tiene en sus posesiones, cerca de la Villa de Malahide. Los continuos asaltos a la fortaleza provocados por el hambre, obligan al terrateniente a arbitrar un sistema de reparto de sus tierras, mediante arrendamientos hereditarios. Esta fórmula garantizaba el sustento del campesinado y, a su vez, protección al hacendado.
El abuso de Cathal, nieto del General, sobre los humildes labradores, provoca graves revueltas entre la población que derivan en un trágico final. Desde entonces, en la Villa de Malahide tendrá lugar una cadena de extraños fenómenos que sumirán a la población en un estado de terror, al que denominarán La Maldición del Cuervo.
Osado en el excitante mundo de la escritura. Profanador de la correcta ortografía sin miedo a la crítica. Ilusionado por seguir creando mundos para reír y llorar; disfrutar del amor y la infidelidad; soñar y vivir.
Me uno a Oscar, a mí también me ha alegrado mucho que hayas vuelto a escribir en el blog. Esta es sólo la segunda vez que participo escribiendo en él, aunque cada día lo sigo leyendo tus reflexiones y los comentarios de todos tus amigos, seguidores y náufragos como muy bien ha escrito "ahechadero".
ResponderEliminarGracias por volver, un abrazo
Gracias Mujercitas. Soy consciente de la excesiva generosidad de vuestras palabras, pero, aún así, no puedo evitar sentir gratas sensaciones al leerlas.
ResponderEliminarQuizá, la incapacidad de comunicarse con otros seres hace al individuo naufrago a la deriva en un sistema de forzosa colectividad. Es por tanto, que, los que expresamos nuestras reflexiones en este blog, nunca naufragaremos porque siempre tendremos la palabra como navío de comunicación que resista a tempestades y calmas chichas.
Mi más sentido agradecimiento y mi más enérgica actitud por seguir reflexionando entre amigos.
Un abrazo.
Rafa, sin duda alguna, la perseverancia es una virtud "rara avis" entre nosotros -la sociedad que nos acompaña-. Me gustaría compartir esa extrañeza contigo, pero no lo consigo ni por un momento sólo. Por eso, este blog me parece un monumento magnífico de pura perseverancia. Como más cosas, descifro que hay en tu vida diaria. ¡Enhorabuena de nuevo!, porque cada día más me asombras. Yo que te observo desde la distancia de la cibernáutica de un náufrago sin patria.
ResponderEliminarAmigo Ego Barsovia, la perseverancia ha sido a lo largo de mi vida un arma con la que combatir la falta de aptitudes, según en qué empresa me haya embarcado. Pero ha sido la fidelidad a mis propios valores lo que me ha permitido fijar el rumbo invariable que me ha llevado a arribar a mejor o peor puerto. Por eso, cada vez que doy por terminada una dura travesía, la celebro festejando el haberla podido terminar. El resultado de la misma no es tan importante. Y si alguna vez me he visto obligado a interrumpir el viaje, siempre he intentado ser el último que abandone el barco.
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