domingo, 15 de mayo de 2011

El viejo vagamundo


La curiosidad me hizo afrontar aquel sendero empinado con gran entusiasmo. Pasos cortos y ritmo pausado. No estaba dispuesto a desistir en el intento. En mi interior algo me decía que merecía la pena conquistar aquella elevada cima. Y vaya si la mereció poder admirar aquella montaña desnuda de vegetación exhibiendo su erecta adolescencia impúdica y orgullosa. Delante de ella, una superficie acristalada ahumada dejaba ver su simetría oculta. Entonces me senté para quedarme un largo rato regocijándome con aquella bonita vista, intentando comprender lo que me había dicho aquel viejo, allí abajo, al que le había echado en su vacía lata unas míseras monedas para calmar mi conciencia: << Igual que tú has querido compartir tus riquezas conmigo, ahora yo compartiré las mías contigo. Sube aquel sendero hasta llegar a la parte más alta de la montaña. Durante el camino, no mires atrás ni escuches a otros que intentarán convencerte para que cejes en tu objetivo. Te llamarán loco... te zancadillearán... pero, tú, no te distraigas del propósito y mantente en el camino que te llevará a la cumbre. Allí aprenderás algo que mucho bien te habrá de hacer>>. Como no lograba encontrar explicación a lo que aquel hombre me ha bía dicho, opté por tumbarme sobre aquella moqueta verde para dejarme acariciar por una suave brisa que refrescaba mi rostro. Dejé mi mente divagar por la vehemencia de mis sueños hasta levitar sobre lo terrenal y sentirme en el olimpo de mis dioses. Calmado de espíritu y liberado de la contaminación mundana, me incorporé para volver a mirar aquella montaña. Y fue entonces cuando logré comprender que la Naturaleza es pura simetría; que todo y todos estamos hechos de dos partes, aunque sólo podamos mostrar una de ellas; que la claridad y la oscuridad se fusionan en una misma forma a pesar de que se muestren en diferentes tiempos; que no sólo debemos creer lo que estamos viendo…

De regreso fui a buscar al vagamundo, pero ya no estaba. O quizá sí, pero ahora yo sólo podía ver su otra simetría y no lograba reconocerlo. En cualquier caso, le doy las gracias por corresponder tan generosamente a mi mísera y empobrecida ayuda.

9 comentarios:

  1. Rafa, curioso cómo nos atraen las montañas.
    Imagino que es una de las formas que la naturaleza utiliza para comunicarse con nosotros, el caso es que desde antiguo siempre se les ha considerado sagradas, se les ha puesto nombres y se las ha intentado conquistar.
    De hecho aparecen en el escudo de armas de algún conquistador.
    Sin duda son un regalo de la naturaleza.

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  2. Rafa, te recomiendo que vayas a ver la última película de Woody Allen.
    Es una parodia subrealista del mundo de la escritura,en la que aparecen algunas de las grandes figuras de la novela americana del siglo XX.
    Seguro que te va a encantar. Un saludo

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  3. Queridos amigos:

    Debido a algunos problemillas con el servidor, y que no consigo arreglar, me es imposible acceder al blog para seguir publicando en él. Es por lo que, lamentando tenerlo que hacer de esta forma, me dirijo a ustedes para pediros un poquito de paciencia, si finalmente hubiera solución, o despedirme de ustedes si como parece más probable no pudiera volver a acceder a él.
    No obstante, pretendo seguir con la actividad a través de facebook y tuenti (buscar “Reflexiones a media noche” o “La Maldición del Cuervo”.

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  4. yo tampoco consigo publicar ningún comentario de un tiempo a esta parte.

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  5. Et voilà! Ya lo daba por imposible. Me era totalmente imposible publicar nada. ¡Un saludo a todos!

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  6. Queridos amigos blogeros, definitivamente cerramos este foro de la reflexión por causas ajenas a la empresa, o, quizá, por descuido mío. Agradezco la fidelidad de Ego Varsovia, Carlos, Ahechadero,Iron, Óscar y otros que tanto me han enseñado y con los que tanto he disfrutado.
    No será un adiós, sino un hasta luego.

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